Op Oloop

“El alma es un cuarto obscuro. En la lenta tarea de la diferenciación, el hombre poco a poco va iluminándola. Llega a ver dentro de sí perfectamente. Pero esa perfección le alucina. ¡Y se encandila! La plenitud de esa claridad ya no le basta. Un individualismo exasperado exige que su luz sea cada vez más fulgurante. Quiere irradiar a través de sus muros de carne. En ese anhelo se segrega todo y, por bruñirse, se perjudica debilitándose. Entonces sobreviene la tragedia. La diafanidad se enturbia de pavores. Las paredes crujen ante el viento de las pasiones. Y progresivamente el alma se entenebrece y vuelve a ser lo que fue: un cuarto obscuro.”
( Juan Filloy )